martes, 5 de julio de 2011
El viejo Frank...
Empecé a escribir y me dí cuenta que en vez de hacer un post (con muchos copy paste) de su biografía, prefiero contarles como lo descubrí. Va a ser largo. Hagan lo que quieran. No me importa, tengo un whisky en la mano y nada de sueño.
Tenía mis muuuy tímidos y pequeños 13 años. Bermudas pasando las rodillas, camisa a cuadros, ah… el grunge en plena ebullición.
En ese momento compraba una revista hoy desaparecida: “El Musiquero” (aún las guardo). Como gran devoto del estudio de la guitarra, era un elemento primordial para aprender y descubrir nuevos y viejos músicos fuera del conservatorio, donde sólo aprendias música clásica. No había distinción de género: rock, jazz, metal, salsa (la buena, la de Tito), bossa… En mi casa, salvo The Beatles (con derivados) y el jazz de las big bands, era difícil descubrir nueva música. Y lo peor de todo, algunos amigos (aunque hoy lo nieguen) escuchaban Jazzy Mel...
Compré un número con una jeta que nunca había visto en mi vida y decía: “Steve Vai, el virtuoso italiano de Zappa”. Juro que me pregunte si Zappa sería una ciudad como Milán, Roma, Florencia…
Me puse a leer la nota y vi que no era italiano sino yankee. También hablaban maravillas tras maravillas de su último disco: “Passion & Warfare”, así que tuve que ir a comprarlo al Musimundo de Flores en una escapada durante el segundo recreo. Antes, comprarse un disco de alguien desconocido era muy de kamikaze. Te podías encontrar cualquier cosa. Una bazofia inaudible o un verdugo y su hacha con la hoja mechada abriendote la cabeza por la mitad para cambiar el resto de tu chiquitita e insignificante vida.
Por suerte, Vai fue uno de mis grandes verdugos musicales y de vida también. Gracias Steve.
Lo curioso es que en toda la nota que le hacían, no paraban de mencionar a este tal Frank. Zappa esto, Zappa aquello, que Zappa le enseñó lo que realmente era ser músico, que Zappa le decía como moverse en el escenario… Asi que lo inevitable estaba al llegar: hay que comprar un disco de Zappa.
No había un puto disco de Frank en todo Musimundo. Nada. Nada de nada. Olvidate un Greatest Hits (que iluso…). Ni siquiera sabían de quien carajos hablaba, “¿toca boleros?”. Indignado y frustrado, ya retirandome del lugar y pensando si me daba el tiempo de un recreo en ir y volver al parque rivadavia (al que sólo iba los findes, y más o menos estábamos a martes) un chabón que estaba por ahí me dijo: “Andá a la cueva del Kissero. Por esta mano de Rivadavia pasando Caracas a mitad de cuadra. Una galería. Algo va a tener.”
Esa misma tarde descubrí al Kissero de Flores (esa la dejo para otro momento). El chabón tenía. Pero en vinilo. Puta madre, es verdad… Rykodisc todavía no re-editó su discografía completa. Me faltaban 2 años para que Zappa dejara este plano existencial y ponele 5 más para que empezara a salir esa re-edición.
El Kissero no me quería vender nada: “con esas bermudas no te vendo nada, Zappa no es para vos pibe.”
Me fui muy frustrado y enojado del local. “¡Hijoepú! ¿Cómo no me vas a vender? ¡Tenés un local! ¡Tengo plata! ¡¡Vendeme!!”
Al otro día volví. A cabrón, triple cabrón. Tuve que explicarle durante un largo rato mi búsqueda y porqué quería escuchar a Zappa. Fue duro, largo, denso, atravesé muchas preguntas, datos e historias del rock que me eran desconocidísimos en ese entonces. “Y encima con esa remera de Cobain… No te puedo vender nada flaco, disculpa…”. Fuí insistente. Muy. Al final, cedió. Con condiciones. Bah, una sola en realidad: no venderme ningún disco. Según el, me faltaban varios años para tener un vinilo de Zappa y valorarlo como se debe. Hoy debo admitir que tenía razón. Mucha.
El caso es que por la módica suma de 5 pesitos, me grabó varios cassettes: Hot Rats, Freak Out, Joe‘s Garage, You Are What you Is, Ship Arriving Too Late To Save A Drowning Witch y Them Or Us. No me los olvido más.
Las siguientes semanas llevé esos cassettes a todos lados. Los gasté. Hoy no se donde fueron a dar. Igual, con el correr de los años fui descubriendo los más de 60 discos de Zappa: 200 Motels 1 y 2, Baby Snakes, The Man From Utopia, Make A Jazz Noise In Here, Apostrophe, One Size Fits All, Sheik Yerbouti...
Como dije antes, Rykodisc re-editó más tarde toda la discografía y lamentablemente los pequeños fundamentalistas del rock (como el Kissero de Flores o el hippie merquero de Callao y Córdoba) fueron devastados por el capitalismo caníbal de mierda que tambalea y tambalea pero puta que no se cae más…
Por suerte, el mp3 les tocó un poco el culo a esos mierdas. Poquito, pero algo es algo. Desparramados por estas palabras, dejé unos cuantos discos para que escuchen.
¿Y ahora? ¿Qué onda? Hagan lo que quieran. Escuchen o no. No me importa. Frank fue, es y será uno de los dioses del rock. Indiscutido. Aunque eso no es suficiente para hacerlo audible para la inmensa mayoría de los mortales. Mejor.
Eso si, a los que les entre, a los que les toque ese punto débil, ese que te hace reconocer algo nuevo (sin importar que tenga más de 50 años)… bienvenidos a Frank Zappa.
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4 comentarios:
Muy bueno. Aunque le debo un par de escuchadas (profundas) a Frank.
Es intenso Frank. a veces pienso con culpa "uh tengo que estudiar la discografía de Zappa". Es un montón!
Tengo un DVD que de llama "Does humour belong in music?" que es un recital en vivo que está muy bueno.
Un rockea por la historia, y un pedido de recomendación: qué disco conviene escuchar para entrarle a zappa?
Mati, si. Ese recital es genial. Pero el que tenés q ver es Baby Snakes. Es un recital mechado con animaciones muy lisérgicas en plastilina y stop motion.
Funky, dale nomás. Dale.
Ale, hace así: Hot Rats, Joe´s Garage, Baby Snakes, Them or Us y Apostrophe.
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